No es novedad que la moda de la ropa destruida o desgastada ha vuelto a las pasarelas y a las calles. Desde el retorno de la moda Y2K, marcas como Balenciaga, Gucci, Maison Margiela o Golden Goose han lanzado productos de aspecto desgastado, destruido o sucio, a precios exuberantes que han dado que hablar en el mundo de la moda. Sin embargo, estos productos aunque controversiales, han tenido su cabida dentro de las nuevas generaciones que apuestan por una moda democrática, libre y sin etiquetas, donde prima una estética distressed, es decir deconstruido, imperfecto, gastado y sucio. Pero la moda distressed no es algo nuevo, esta tendencia de ropa destruida tiene sus orígenes en el pasado, donde varias de las firmas de moda más reconocidas, como Dior o Vivienne Westwood, se inspiraron en la moda de los indigentes, llegando así al homeless fashion chic. Si la moda es un instrumento para demostrar estatus y poder, ¿Por qué querrían las personas llevar ropa que aparenta sucia, vieja y destruida? ¿Cuándo se volvió moda la indigencia urbana? ¿Es capaz la moda de glorificar y convertir todo en una tendencia, incluso condiciones sociales tales como la miseria?
Paris Sneakers de Balenciaga
Pasarela de Dior Haute Couture (Primavera-Verano 2000)
Pasarela de Vivienne Westwood (Otoño-Invierno 2010)
Pasarela de Chanel, Colección Crucero 2019
El concepto destroyed no es exclusivo de la moda, de hecho, a finales de los años 60, el filósofo Jacques Derrida acuñó el término deconstruccionismo para definir a la ruptura de las formas establecidas. Este concepto se aplica desde la literatura, hasta la moda y la arquitectura. Años más tarde, durante el avant-garde parisino de los años 80, diseñadores como Rei Kawakubo, Dries Van Noten y Yohji Yamamoto, utilizaron el término le destroy para referirse a esta moda deconstruida.
En el caso de la moda, el deconstruccionismo apela a un movimiento anti-sistema que se opone a las normas tradicionales de la industria. Las prendas distressed justamente apuntan a contradecir las líneas estéticas generales, desde zapatillas desgastadas hasta vaqueros rotos. Pero, ¿por qué estás prendas desgastadas se venden, incluso a precios ridículamente altos? Pues el éxito de la moda distressed radica en su filosofía subversiva y controvertida que generó que ganase gran popularidad. Definitivamente es una tendencia distinta, cuyos productos no solo llaman la atención sino que destacan a cualquier persona que los lleve puestos. Aunque el aspecto destruido de estas prendas no denote estatus de manera literal, no cualquiera puede comprarse unas zapatillas de más de 500 euros, que encima parecen usadas, gastadas y sucias (como en el caso de los zapatos de Golden Goose). Pero claro, estos productos no solo tienen el valor agregado de una marca establecida en el mercado del lujo, sino que además su aspecto distressed (costuras visibles, tratamientos sucios, desgastados, roces, agujeros, bordes desprolijos, etc.) tienen una construcción y terminado impecablemente inacabado que desestabiliza a la moda.
Zapatillas Golden Goose
Claro está que una moda así de controversial continua dando qué hablar a lo largo de los años. Existen quienes aman la estética deconstruida y abrazan la estética grunge y la moda punk como también quienes defienden las prendas auténticamente vintage, o incluso aquellos que consideran ridículo e insultante pagar por una prenda de lujo que parece vieja y además glorifica la pobreza. Como no, la moda trasgresora del homeless chic es una de las preferidas de las generaciones más jóvenes, quienes acuden a eta estética como una forma de provocación y declaración de intenciones, con el fin de romper con los parámetros de la belleza tradicional y el simbolismo de la ropa. ¿Por qué se considera más elegante y prestigioso vestir algo impoluto y perfecto que algo deconstruido y desgastado?
Paris Fashion Week, Look de Loewe (Primavera-Verano 2018)
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